Reflexiones

La vid y el sarmiento

«Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí». (Jn 15, 4)

El sarmiento, las ramas se alimentan del tallo fuerte, del tronco de la vid. Por dentro no tiene que haber nada que obstruya, ni ninguna rotura, para que la sabia alimente bien al sarmiento y así de su fruto, saliendo sabrosos ramos de uvas.

Trayéndolo a mi vida cotidiana, que como cristiana quiero dar fruto, me pregunto: ¿me alimento cada día de la vid, de Jesús? ¿En momentos pongo obstáculos, dando preferencia a otras cosas que impiden tener ese momento necesario para “nutrirme” cada día?

Señor, quiero permanecer en Ti. Gracias quererme alimentar cada día para que mi vida dé fruto.

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