Jesús dice: pedid, buscad, llamad… o sea, que nos movamos.
Para buscar, tengo que moverme. Para llamar en este caso, que la respuesta es abrir, me tengo que acercar a esa puerta. Ante una necesidad busco donde me pueden ayudar, llamo a ese sitio y pido.
Me viene a la mente Cáritas y tantos otros servicios dentro de la parroquia que quieren ayudar, quieren encarnar el Evangelio de Jesús.

Es cierto que también hay otro tipo de necesidades que no son materiales. Recuerdo que este texto que está en Lc 11, 9-13 pero que tiene una diferencia pues pone: «Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!» Ya que hay situaciones que lo que necesito es el aliento del Espíritu Santo, que me ayude a superar dificultades, a afrontar situaciones de sufrimiento, que me ayude a discernir qué hacer, que me impulse en el día a día…
Gracias, Señor, por el soplo que me has dado cuando estaba paralizada, por sentir tu presencia y tu paz en el sufrimiento, por poder contar con tu ayuda, buen Padre.